La tierra se arruga, se inclina, se va quedando calva, se cubre de blanco y frío y finalmente desaparece, más cerca que nunca del cielo. Nepal. Parece magia, lo que no se ve importa. Boqueamos como peces fuera del agua, en el mismo aire de siempre. Un aire sin aire.
Las bocinas enloquecen, se adueñan del asfalto. La vida explota en nuestras retinas y orejas. El aire, el humo impregna pulmones y piel. Todo parece caótico... y no pasa nada. Katmandú. Los sentidos se ensanchan y aceptan lo extraño, lo extraño es lo normal.
Sonríen, sonrisas rápidas, sonrisas francas, sonrisas a flor de piel. Pobreza sin pobreza. Los niños más niños. Las montañas más montañas. Las distancias más distancias. Los colores... chillones, millones. Los dioses... de colores. La vida... de los dioses. Las gentes... y la vida. Y la sonrisa... de las gentes. Te regalan sus miradas, sonríen sus saludos. Arrancan tus sonrisas, lentas, raras, caras. Sonrisas de la riqueza. Riqueza sin riqueza. Aprendemos. Seguimos.
PERO BUENO...¿tienen que pasar 5 semanas para descubrir a través de tu blog que ERES UN POETA????
ResponderEliminarDavid si se te acaba lo de bombero dedícate al periodismo
Inexorable!
ResponderEliminarNo tengo mas sufijos, ... prefijos, ..., eso! palabras!
Cojonudo, los pelos de punta. Gracias Juan
No todo iban a ser culos y tetas!!!
ResponderEliminarJe je...